viernes, 2 de abril de 2021

OTRO CRIMEN LEGALIZADO: LA EUTANASIA QUE VIENE

"EL LENGUAJE POLÍTICO ESTÁ DISEÑADO PARA HACER QUE LAS MENTIRAS SUENEN VERDADES Y QUE SEA RESPETABLE EL CRIMEN" (GEORGE ORWELL)

Es la definición perfecta de la leyes sobre el ABORTO o la recientemente aprobada de la EUTANASIA o 'SUICIDIO ASISTIDO'. Una ley que permite a terceros o en nombre del estado asesinarte, aunque sea en contra de tu voluntad.

De unos doscientos países que hay en el mundo, sólo Holanda, Bélgica, Canadá y Colombia tienen una ley similar como la que en España se ha aprobado, convirtiéndose así es el quinto en la lista. Eso sí, muy democráticamente con 202 votos a favor, 141 en contra y 2 abstenciones. Así que, se consumió la infamia: España abre la puerta a que un tercero decida sobre la vida de los demás… sobre todo de los más vulnerables.
A favor del crimen, los dos partidos del gobierno (PSOE, UNIDAS PODEMOS) más los partidos que apoyan la legislatura del gobierno (MÁS PAÍS, NUEVA CANARIA, COALICIÓN CANARIA, JUNTOS X CATALUÑA, PdCAT, ESQUERRA REPUBLICANA DE CATALUÑA, PARTIDO NACIONALISTA VASCO, FORO ASTURIAS, CIUDADANOS y los terroristas filoetarras EH-BILDU (tela). Todos ellos han aplaudido a rabiar la nueva ley...DE LA MUERTE.
En contra votaron: VOX, PP y UPN.
VOX presentará un recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional la ley de Eutanasia: «Esta ley vulnera la Constitución, la ley, la ética… es eugenésica e ilegítima y ataca a la profesión médica», señalan desde el partido.
Tampoco se les ha consultado y se han opuesto:
+>El Comité de Bioética
+>Asociación Médica Mundial
+>Colegio de Médicos de Madrid
+>Sociedad Española de Psiquiatría
+>Sociedad Española de cuidados paliativos
+>El Consejo General de Colegios de Médicos
+>Juristas y académicos de Legislación y Jurisprudencia.
En España hay partidos políticos que han traspasado esa frontera ética que nos introduce en el peligroso plano inclinado de la eutanasia: se empieza permitiéndose sólo en los casos excepcionales y por voluntad propia, pero se termina aplicándola sin restricciones a cualquier persona incluso contra su voluntad , y de manera especial a los más débiles y vulnerables: enfermos mentales, ancianos, discapacitados sobre todo intelectuales..., que no pueden defenderse ante la decisión de otros -el Estado, un médico, los jueces, los políticos, sus familiares- sobre sus vidas.
Es lo que ha pasado en los países que han aprobado la eutanasia antes que España: por ejemplo, en Canadá, en los Países Bajos o en Bélgica.
El actual presidente del Colegio de Médicos de Madrid, Manuel Martínez Sellés, en una entrevista a El Mundo, y ante el argumento de que el médico no va a hacer nada que el paciente no le haya pedido, recordaba lo que está ocurriendo en Holanda: “Hay pacientes que no están en sus plenas facultades. Las enfermedades avanzadas deterioran la capacidad cognitiva. Cuando se apruebe la ley, puede haber la incertidumbre de si es el hijo el que quiere la herencia. Espero que alguien lea esta entrevista dentro de 10 años. Ojalá me equivoque, pero se estará aplicando la eutanasia a pacientes que no la han solicitado”.
Sobre el caso holandés, explicaba que “la eutanasia se empezó a utilizar en unos supuestos muy concretos, pero a medida que ha pasado el tiempo se produce ‘la pendiente deslizante’ y esos supuestos se han ido cayendo. Hoy en día, en Holanda, están aplicando la eutanasia a ancianos con demencia, a enfermos mentales y a niños con discapacidad, es decir, pacientes que por su propia condición clínica no tienen la capacidad de solicitarla”
“La eutanasia va contra el juramento hipocrático y el código deontológico de los médicos. Además, la Asociación Médica Mundial la ha condenado de forma clara y explícita”, recalca este médico, que insiste en que “destruye la relación de confianza médico-paciente. Hoy en día, cuando un paciente va a un hospital tiene la certeza de que lo que le van a hacer es algo bueno para él. Con esta nueva ley, vamos a perder esta relación”, añadió Martínez Sellés.
A destacar la propuesta del diputado de VOX, el doctor Steegman: “Los médicos que hagan eutanasias deberían llevar bata gris, para que los reconozcamos".

EUTANASIA: TODO LO QUE NO SE QUIERE SABER
(*) En el Congreso se ha aprobado la eutanasia prácticamente por aclamación. Sus defensores repiten pomposos, y con alarde de agresividad, que la eutanasia es un derecho. Lo que no dicen es quién lo a a ejercer realmente . Sobre el papel, la demanda de eutanasia proviene de una persona en pleno uso de sus facultades, lúcida, con clara y fuerte voluntad, que va a ejercer ese derecho con plena independencia y autonomía. Es decir, nada que ver con lo real. Lo real es que la mayoría de los candidatos a la eutanasia serán personas gravemente enfermas, ancianas, deprimidas, altamente dependientes, vulnerables e influenciables. Esa es la realidad que rompe en pedazos el papel y estropea la festiva aclamación del Congreso.
LA REALIDAD es que, en la mayor parte de los casos, el derecho a la eutanasia consiste en el derecho de otros a decidir sobre la muerte de una persona. ¿O creen los devotos de la eutanasia, y los que se suben al carro por razones tan de peso como que las encuestas dan a favor, que van a solicitar la eutanasia personas en buen estado de salud mental y física y en condiciones de casi perfecta independencia? Si no lo creen, lo quieren hacer creer. Con la misma desinformadora actitud, nada han querido saber de la experiencia. Prefieren no saber ni difundir qué sucede en países con la eutanasia legalizada hace años. Cómo los grupos de población donde más crece esa práctica son los más vulnerables. NO QUIEREN QUE SE SEPA que allí la eutanasia ha ido dejando de ser el último recurso para los que padecen sufrimientos intolerables y se ha vuelto vía de salida para situaciones de fragilidad, vulnerabilidad y soledad.
NO SE DECIDE DESDE LA INDEPENDENCIA, SINO DESDE LA DEPENDENCIA. Que no cuenten ese cuento del individuo autónomo en pleno uso de sus facultades. Cuenten otro, pero no ése. No hagan creer tampoco que la alternativa a la eutanasia es morir sufriendo, porque hoy eso es impensable, y si ocurriera, si deliberadamente se permitiera, sería una mala praxis. La eutanasia no es paliar el sufrimiento. LA EUTANASIA ES QUITAR LA VIDA. Puede discutirse si se justifica o no en ciertos casos, pero no confundan, No engañen. No desinformen. Y digan lo que sucede allí donde la eutanasia es práctica habitual: los cuidados paliativos dejan de desarrollarse. No hay incentivo para hacerlo cuando existe un remedio mucho más rápido y barato.
Los devotos y los que se dejan arrastrar por la fascinación del derecho a morir –o por la mayoría a favor en las encuestas– ocultan sistemáticamente los riesgos. Sobre el papel, filtros y condiciones dan la impresión de que todo estará milimétricamente controlado. La práctica, sin embargo, esa experiencia sobre la que nada han querido saber, indica que una vez legalizada la eutanasia no es posible mantenerla bajo control. Lo que nos han dicho, en realidad, los diputados que aclamaron la eutanasia es que, si hay diez casos en los que está justificada, debemos permitir una práctica que puede causar la muerte inadecuada de miles.
Ni siguiera evitaron la coincidencia. La de tanta muerte junta. Justo cuando una epidemia se ha llevado por delante a muchos de los más vulnerables, a los que se ha sido incapaz de proteger, abren la puerta para que parte de ellos sean expedidos, muy legalmente, al más allá, por voluntad de vaya usted a saber quién. No es fácil explicar cómo el Congreso, en plena oleada de mortandad, se puso a legalizar la muerte por eutanasia. Pero acaba de pasar.
(*) CRISTINA LOSADA: TODO LO QUE NO SE QUIERE SABER
LA HISTORIA DE LA EUTANASIA EN EL RÉGIMEN NAZI Y LA EXPERIENCIA ACTUAL DE BÉLGICA Y HOLANDA:
(*) SOBRE EL PAPEL, LA EUTANASIA y el suicidio asistido son el último recurso y su regulación establece salvaguardas y garantías, entre ellas la capital: el consentimiento. Sin embargo, lo que ocurre cuando se legalizan esas prácticas está lejos de atenerse a ese modelo intachable. El psiquiatra y psicoanalista Herbert Hendin, una de las autoridades en materia de prevención de suicidios en Estados Unidos, estudió en los años noventa lo que llamaría el "tratamiento holandés". En su libro SEDUCIDOS POR LA MUERTE (Seduced by Death. Doctors, Patients and the Dutch Cure, en el original) describió así la secuencia:
"Holanda ha pasado del suicidio asistido a la eutanasia; de la eutanasia para personas con enfermedades terminales a la eutanasia para personas con enfermedades crónicas; de la eutanasia para enfermedades físicas a la eutanasia para aflicciones psicológicas; y de la eutanasia voluntaria a la eutanasia involuntaria."
Hendin testificó en la misma época, la del presidente Clinton, en el Congreso de EEUU. Fue en un debate sobre el suicidio asistido, que era legal en el estado de Oregón. Dijo que después de haber tenido conocimiento detallado de casos de eutanasia presentados por médicos holandeses, había llegado a la conclusión, compartida por otros colegas, de que "no es posible legalizar la eutanasia y mantenerla bajo control mediante de la prescripción de unas determinadas pautas a seguir". En su libro afirma:
+>"Los partidarios de la eutanasia están diciendo que si hay diez casos en los que la eutanasia es adecuada, deberíamos legalizar una práctica que puede causar la muerte inadecuada de miles."
Bien. Esto era en los noventa. Ha llovido. Quizá se hayan corregido los errores. Un artículo de 2015 de Arthur L. Caplan, uno de los principales expertos en bioética de Estados Unidos, y Barron H. Lerner reconsideraba el problema de la PENDIENTE RESBALADIZA. Con datos, no como nuestros devotos de la eutanasia. Aunque uno de los obstáculos que encontraron Caplan y Lerner fue la insuficiencia de información detallada y fiable. Hacían falta, decían, estudios independientes sobre la práctica de la eutanasia en Holanda y Bélgica para poder asegurar que las garantías se cumplen y que estas "estrategias para el final de la vida" son "el último recurso para personas desesperadas y no la respuesta equivocada a la fragilidad y la soledad".
De los datos disponibles más recientes extraían varias pautas. Desde la legalización o despenalización, en ambos países había aumentado de forma considerable el número de muertes por eutanasia. En Holanda se habían triplicado. El porcentaje de peticiones aprobadas había ascendido del 55 por ciento en 2007 al 77 por ciento en 2013. Entre los motivos para la petición de eutanasia se había abierto paso el concepto cansado de la vida. LOS GRUPOS DE POBLACIÓN DONDE MÁS HABÍA CRECIDO LA EUTANASIA ERAN LOS MÁS VULNERABLES. Concluían:
*>"Hay muchos grupos potencialmente vulnerables a los abusos que aguardan al final de la pendiente resbaladiza: los ancianos, las personas con discapacidades, los pobres, las minorías y personas con trastornos psiquiátricos."
Conviene saber, y sospecho que nuestros políticos no lo saben, que en distintos países del mundo las asociaciones que defienden los derechos de las personas con discapacidad están entre los más decididos oponentes de la legalización. La presidenta de unos de esos grupos (Not Dead Yet), Diane Coleman, decía en un reportaje de Newsweek en 2015:
*>"Vemos a personas a las que se niegan los cuidados que necesitan por razones económicas. El suicidio asistido es el tipo de tratamiento más barato que podría ofrecer el sistema. Estas presiones son un motivo de inquietud."
Y tanto. La práctica eutanásica indica que la AUTONOMÍA DEL PACIENTE, ese señuelo que los partidarios colocan en el centro de su alegato, TIENDE A DESAPARECER. Hendin decía que la experiencia holandesa mostraba que son los médicos los que deciden. En su libro planteaba un escenario de interacciones complejas entre médico, paciente, familia, etcétera, que sería determinante para la decisión. Esas tendencias no se mitigan en un sistema como el nuestro. Al revés. En un sistema sanitario público, sobrecargado, muy costoso, en países con una población cada vez más envejecida, los incentivos para optar por el tratamiento más barato serían muy poderosos. Igual que lo serían para dejar de desarrollar la medicina paliativa. Como certifica, por cierto, el caso de Holanda.
Estos días es visible en España la presión para legalizar la eutanasia, como lo fue en 2004 aprovechando la película Mar adentro, a cuyo estreno asistieron el entonces presidente Zapatero y varios de sus ministros. No era la primera vez que se utilizaba el impacto de una película para esa finalidad. Hay un film alemán (Ich klage an) que persuadió a muchos alemanes de las bondades de la eutanasia. Cuenta el caso de una hermosa y joven mujer, esposa de un médico, a la que se diagnostica esclerosis múltiple. Cuando su estado empeora, su marido, a petición de ella, le da muerte y es juzgado. Dicen que es una cinta conmovedora. Podían reponerla en las cadenas de televisión que están tan entusiasmadas con la eutanasia. El único problema de esa película es que se hizo a instancias de la jerarquía nazi.
LA EUTANASIA TIENE HISTORIA, Y LA PARTE NAZI HAY QUE SABERLA. Cierto, los nazis, bajo el nombre de la eutanasia, perpetraron el asesinato de decenas de miles de pacientes hospitalizados y muchos otros. Fue el Programa T-4 y sentó el precedente –y los métodos– para los posteriores PLANES DE EXTERMINIO. La motivación fue tanto ideológica (racial) como económica. Pero antes del nazismo existía ya en Alemania el caldo de cultivo para la eutanasia. Lo prepararon las ideas del darwinismo social y la eugenesia, que igualmente tuvieron influencia en otros países. Los nazis se nutrieron de aquellas ideas. Luego las recondujeron de acuerdo con sus siniestros propósitos. Hoy son otros los sesgos ideológicos de los que quieren abrir la puerta a la inhumanidad disfrazada de humanismo.
Un pequeño acertijo. Un extracto de una noticia publicada:
+>"El Ministerio de Justicia, en un memorándum detallado (...) hoy anunció su intención de autorizar que los médicos pongan fin a los sufrimientos de los pacientes incurables. El memorándum, que todavía no tiene fuerza de ley, propone que "se haga posible que los médicos pongan fin a la tortura que sufren pacientes incurables a petición suya, en el interés de la verdadera humanidad".
LOS PARTIDARIOS DE LA EUTANASIA no tendrán nada que objetar. Todo suena muy bien. Perfecto. Maravilloso. El único problema, ¡otra vez!, es cómo lo anunció el régimen nazi , en octubre de 1933, que iba a legalizar la eutanasia. Su modo de anunciarlo, igual que toda su propaganda, usa los temas y argumentos que siguen sustentando esa causa. Ya sólo por eso, las actuales campañas pro eutanasia deberían estar bajo escrutinio público mucho más de lo que están. Los medios tendrían que mostrar las facetas más ocultas del problema: no sólo las que quieren enseñar los activistas. Porque suelen ser los activistas quienes asesoran a las personas que sufren los casos dramáticos y preparan su proyección a los medios. Una operación que se puede resumir así: Captar el favor de la opinión pública por la vía de la emotividad y esconder sistemáticamente los riesgos.
(*) LA EUTANASIA SALE BARATA, por Cristina Losada
LA EUTANASIA QUE VIENE
(*) El caso de Noa Pothoven, la holandesa de 17 años, ha causado en España gran conmoción. Inicialmente se informó, tanto en la prensa española como en la de otros países, de que se le había autorizado la eutanasia. Después se rectificó. Según la última versión, su muerte fue un suicidio sin asistencia, aunque, eso sí, publicitado. Era autora de un libro exitoso en el que contaba los traumas que le habían provocado los abusos sexuales que había sufrido. Ella misma anunció en una red social que iba a morir en el plazo de diez días y que había tomado la decisión junto a un equipo médico, lo cual posiblemente indujo a la confusión sobre la eutanasia. Lo hizo en el salón de su casa junto con sus familiares e incluso recibió, mientras se dejaba morir de inanición, la visita de una diputada de los Verdes, según el corresponsal de ABC. Todo muy normal. En Holanda.
No hay motivo para la conmoción. En Holanda es normal y legal. Aunque no fuera el caso de Pothoven, allí, al igual que en Bélgica, se puede autorizar la eutanasia de una persona con sufrimiento psicológico. La definición de "sufrimiento intolerable" que da acceso a la eutanasia se ha ido ampliando con el tiempo. Mejor dicho: con la práctica. No se reduce al sufrimiento físico, que es lo que en España se supone que la justifica. Esto ha ido paso a paso, pero siempre a más. El psiquiatra y psicoanalista estadounidense Herbert Hendin, una autoridad en materia de prevención de suicidios, tras estudiar lo que llamó the Dutch cure (la cura holandesa), describió gráficamente la escalada:

> "HOLANDA HA PASADO DEL SUICIDIO ASISTIDO A LA EUTANASIA; DE LA EUTANASIA PARA PERSONAS CON ENFERMEDADES TERMINALES A LA EUTANASIA PARA PERSONAS CON ENFERMEDADES CRÓNICAS; DE LA EUTANASIA POARA ENFERMEDADES FÍSICAS A LA EUTANASIA PARA AFLICCIONES PSICOLÓGICAS; Y DE LA EUTANASIA VOLUNTARIA A LA EUTANASIA INVOLUNTARIA."
En 2015, Arthur L. Caplan, uno de los grandes expertos en bioética de Estados Unidos, confirmaba aquella expansión del concepto de 'sufrimiento intolerable' en ambos países. Además, viendo los datos oficiales, cuya insuficiencia subrayaba, notó que una de las motivaciones que se abría paso para pedir la eutanasia era la de 'estar cansado de la vida'. En 2016, respondiendo a esa demanda, el Gobierno holandés anunció una ley para que las personas que sienten que han "completado su vida" pudieran "acabarla de un modo digno". Pese a los eufemismos habituales, se entiende. El proyecto continúa en estudio. Es el siguiente escalón. No habrá que sufrir ninguna dolencia terminal ni crónica, ni física ni psíquica, para que le suicide a uno el sistema sanitario: el Estado.
Si la conmoción la ha causado la edad de la joven Pothoven, tampoco habría motivo para rasgarse las vestiduras. Es legal en HOLANDA que lo menores pueden pedir la eutanasia desde los 12 años, aunque necesitan el consentimiento parental hasta los 16. Entre los 16 y los 17 años no lo precisan, pero los padres deben participar en la toma de decisiones. A partir de los 18, pueden pedirla sin más. En Bélgica se levantaron las restricciones de edad en 2014. Los niños que quieren la eutanasia han de mostrar "capacidad de discernimiento", estar "conscientes en el momento en que hacen la petición", y los padres tienen que estar de acuerdo.
No entiendo la conmoción en España, donde las encuestas arrojan desde hace tiempo un apoyo a la legalización. Esa mayoría del público que está a favor cree que se va a limitar a los casos extremos, que tanto publicitan los devotos de la eutanasia, cuando la experiencia muestra que el campo de aplicación se amplía una y otra vez. Cree que el paciente va a decidir siempre autónoma y conscientemente, cuando se sabe que es fácil que haya presiones e interferencias . Cree que las salvaguardas y garantías van a funcionar, cuando se acaban desbordando en la práctica. Y no necesariamente por los médicos, a título individual, sino por la normalización social de la eutanasia y la dinámica que abre en un sistema sanitario público. Basta darse cuenta de que es el tratamiento menos costoso. Mucho menos costoso que la medicina paliativa, por ejemplo, lo que explica por qué en Holanda apenas está desarrollada esa rama. Esa mayoría a favor creerá incluso en los controles externos: sí, como los que hay en Holanda, que se hacen, si se hacen, a posteriori, cuando ya no hay remedio.
Sin atender a la experiencia, sin documentarse, sin ver los pros y los contras sin estudiar los riesgos y los posibles efectos nocivos es cóo se ha legalizado la eutanasia en España. Lo quiere hacer el Gobierno Sánchez, y lo hará con el apoyo de otros partidos, convencidos todos ellos de que la eutanasia es de lo más 'pregresista y moderno' o persuadidos simplemente por los sondeos. Y van a despachar a los que se opongan como escoria reaccionaria, ultraderecha, ultracatólica, que quiere que se muera con dolor. Las falsedades habituales. ¡Pero si los creyentes son ellos! Los activistas de la eutanasia. Esos, que como escribió Hendin, nos dicen que "si hay diez casos en los que la eutanasia es adecuada, tenemos que legalizar una práctica que puede causar la muerte inadecuada de miles."
LOS PERJUDICADOS estarán, como indica la experiencia, en los grupos de población más vulnerables: los ancianos, los residentes en asilos, las personas con discapacidad, los pobres, los menos formados y los que sufren trastornos psiquiátricos. Pero, sí, la eutanasia es muy progresista. Como lo fue la eugenesia. ESTÁ PENSADA PARA LOS DESFAVORECIDOS.

(*) CRISTINA LOSADA, LA EUTANASIA QUE VIENE
RESEÑA del libro de Cristina Losada, MORFINA ROJA:
Desde su polémico paso por el servicio de Urgencias del hospital de Leganés, el nombre del doctor Luis Montes está asociado a un sustantivo siniestro: muerte. Durante los cinco años que impuso su ley en Urgencias, decenas de pacientes fallecerían en circunstancias extrañas. En medio de aquel clima enrarecido, una denuncia anónima hizo saltar el nombre de aquel anestesista a las portadas de todos los periódicos. Valiente, polémico y riguroso, «Morfina roja» es el apasionante resultado de la investigación emprendida por Cristina Losada para desentrañar las claves de un misterio que ha conmocionado a la opinión pública española.
"Mi posición personal en esto nada tiene que ver con creencias. No soy creyente, tampoco de religión secular alguna (como sí lo son algunos entusiastas y devotos de la eutanasia). No estoy en contra del suicidio. Estoy en contra de dar al Estado la posibilidad de que me 'suicide' él. Eso es lo que ocurrirá en la práctica." (Cristina Losada)

RESEÑA del libre de Herbert Hendin, SEDUCIDOS POR LA MUERTE:
La democracia real implica el protagonismo de la ciudadanía en la toma de decisiones, y para ello es imprescindible que los criterios que se manejan no estén controlados por eslóganes, prejuicios y consignas fabricadas desde el poder. Respecto a la eutanasia, el libro que tienes en tus manos es un material imprescindible para formarse un criterio teniendo en cuenta la experiencia real de otros países, las situaciones concretas de enfermos concretos, (y no solo del caso mediático de turno), las dudas que surgen ante la aplicación de la eutanasia, o las reflexiones de quien ha estudiado el tema de cerca y desde un punto de vista profesional...
Con la reedición de este libro queremos hacer un servicio a nuestro sistema democrático y, por tanto, a la sociedad entera. Desde los gobernantes, que pretenden legislar sobre este punto ignorando la realidad, hasta los enfermos y sus familias, que se verán afectados por una legislación así.
Uno de los falsos argumentos para la aprobación de la eutanasia es que la persona tiene que ser libre para decidir el final de su vida, cuando la realidad es que la vida (y de un modo especial la vida en la enfermedad) está condicionada por numerosas presiones, especialmente para los débiles...

TRIAJE A LA MUERTE

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