lunes, 10 de mayo de 2021

AGENDA 2030: COMUNISTAS UNIDOS AL GRAN CAPITAL

En la primera entrega de esta serie (PODEMOS se pasa al bando del gran capital) llamábamos la atención sobre la contradictoria postura en el tiempo de los líderes de la ultraizquierda española, primero opuestos a la globalización y ahora fervorosos partidarios de la AGENDA 2030.

Algunos buscaran en la venalidad personal la explicación del cambio de postura sobre la AGENDA GLOBALISTA. Cierto que PABLO IGLESIAS, en apenas dos años ha visto cómo su patrimonio se multiplicara por 20, o que dirigentes como IONE BELARRA, sin experiencia profesional fuera de la política y una simple titulación en psicología, consiguió unos ingresos cerca de los 120.000 euros brutos anuales como secretaria de Estado para la AGENDA 2030 y ha llegado a ministra. Lo mismo que suponemos se embolsará ENRIQUE SANTIAGO, Secretario General del Partido Comunista de España (PCE) , que la ha sucedido como mandamás de la AGENDA 2030 en ESPAÑA. Cierto que se vive muy bien al calorcito del coche oficial, si no, que se lo pregunten a IRENE MONTERO y a sus asesoras. Sobre todo, si no tienes ni oficio ni beneficio. También hay mucho dinero que repartir entre las redes clientelares de los partidos, pero de eso de hacer caja a cuenta de bobos, hablaremos en otro capítulo.
LA ALIANZA “contra-natura” entre ULTRAIZQUIERDA y GRAN CAPITAL tiene una explicación, no sé si menos mezquina, pero sí más decadente. Se trata del cambio en el paradigma político occidental que dividía entre izquierdas y derechas el mundo ideológico del siglo XX y del agotamiento del modelo civilizacional de Europa.
El cambio comenzó con la Revolución Cultural de los 60 y 70 del pasado siglo. Ya entonces la ideología HIPPIE y la YUPPIE acabaron siendo las dos caras de la misma moneda. Como han sostenido los profesores Heath y Potter, nunca hubo un enfrentamiento entre la contracultura de la década de los 60 y la ideología del sistema capitalista, nunca se produjo una colisión entre los valores del MARXISMO cultural y los requisitos funcionales del sistema económico capitalista. Es más, la cultura se transformó en un nuevo objeto de consumo para masas al confundirse con el entretenimiento[1].
Pues bien, lo mismo ha sucedido con el movimiento antiglobalición postmarxista, que en realidad no es más que la otra cara de la misma moneda , por un lado, globalización capitalista, por otro, globalización socialista. Una moneda que, para entendernos, en realidad no es más que una forma de evolución del capitalismo en su interacción con el Estado. Nos encontramos ante la paradoja de una mayor regulación gubernamental a través de una profusa legislación fiscal, laboral y económica, incluso con rescates y participaciones públicas en empresas privadas, a la vez que las interferencias desde las grandes corporaciones para condicionar las políticas públicas son cada día más inevitables.
Las puertas giratorias no sólo consisten en personajes que entran y salen de los consejos de administración de grandes empresas y los puestos políticos del Estado. Se está construyendo un nuevo compromiso entre CORPORACIONES y GOBIERNOS en el que ambas partes trabajan para unos intereses, que ya no son, ni los de los accionistas o ahorradores, ni los de los ciudadanos de a pie, sino los DE LAS ÉLITES DEL NUEVO ORDEN MUNDIAL. En este caldo de cultivo no es de extrañar que estén cómodos tanto la ultraizquierda como el gran capital. El capitalismo necesita del concurso del Estado para salvarse de sí mismo y el postmarxismo ha encontrado su justificación tras la caída del Muro, jugando a transformar al capitalismo a través de ese mismo Estado.
No, no es una locura que dos fórmulas aparentemente antagónicas e históricamente enfrentadas tengan un mismo denominador común y acaben compartiendo objetivos. Ambos lados coinciden hoy en rechazar de manera general todas las instituciones y comunidades naturales, como LA NACIÓN y LA FAMILIA, o los referentes religiosos y las identidades históricas. Las naciones, los sexos, las razas, la familia tradicional, los dioses, no deberían existir. Nunca deberían haber existido, porque son los responsables del colonialismo, el racismo, la xenofobia, el patriarcado y la discriminación de cuanta minoría existe. Es decir, se impugnan los valores greco-romanos y cristianos que sirvieron para crear la civilización Occidental y que R.R. Reno ha denominado “dioses fuertes”.
(...) La lógica del capitalismo postmoderno se basa en un ciclo económico integrado en una sociedad de consumo, una sociedad tecnológica y una sociedad atomizada en el marco de un mercado global que, con la AGENDA 2030, pasa a denominarse capitalismo inclusivo, sostenible, social y ecológico, pero que en realidad esconde una planificación económica diseñada desde las grandes corporaciones, que aspira a hacer evolucionar el capitalismo industrial y financiero hacía un capitalismo de Estado en el que lo público y lo privado está sometido al mismo centro de poder.
En el otro lado, en el lado socialista de la moneda, se pone el acento, no en la justicia social, sino en el igualitarismo. El postmarxismo ya no cree en la colectividad como unidad social, cree en la fragmentación de la sociedad en minorías identitarias y concibe la igualdad como un derecho a consumir. El igualitarismo que se propugna desde la ultraizquierda consiste en lograr que todos tengan la misma oportunidad de comprar productos, de tener cosas, de darse caprichos, de estar a la última… y para ello es preciso redistribuir la riqueza entre todos los consumidores del mundo a través de rentas vitalicias, prestaciones públicas o inmigración masiva.
(...) A ambas corrientes de este nuevo capitalismo de Estado en ciernes les conviene liquidar los marcos comunitarios tradicionales para lograr ese hombre disuelto en la masa, contemplado, bien como individuo consumidor, productor y contribuyente, bien como ser humano sin arraigo integral, perteneciente tan sólo a una categoría racial, sexual, cultural, económica o estética. Un hombre sin sentido de transcendencia al verse privado de su dimensión comunitaria, sin otro destino compartido que ver su deseo particular satisfecho[2]. Un hombre que, gracias al individualismo e igualitarismo impulsado por la AGENDA GLOBALISTA, esta inerme ante los poderes económicos, perdido en la desinformación de las nuevas tecnologías de la comunicación, anestesiado por el entretenimiento de masas y mercantilizado como productor y consumidor.
Un hombre que se encuentra en soledad, sin referente ni arraigo, que, como afirma Gilles Lipovetsky, se enfrenta a un vacío muy duro cuando se para y escarba en la superficialidad de esta sociedad de la imagen y cambio veloz para pasar de un consumo a otro de todo. Esta pinza entre individualismo e igualitarismo, entre capitalismo y socialismo, resulta muy eficaz, ya que fingiendo salvar al mundo de un desastre climático y trabajar para poner fin a la pobreza, y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas, sin dejar a nadie atrás [3], está logrando realizar una empresa de INGENIERÍA SOCIAL para modificar nuestros hábitos de consumo, nuestra forma de relacionarnos, las formas de inversión económica, el papel social del trabajo y el ahorro y a replantear lo que denominan el contrato social que mantiene la población civil con los gobiernos, poniendo en manos de unas élites opacas nuestros destinos.
EL SOMETIMIENTO de la ONU y su AGENDA 2030
a estos designios, lo hallamos claramente en el discurso de António Guterres, Secretario General de la ONU, en la última reunión del FORO DE DAVOS : “EL GRAN REINICIO es un reconocimiento de que esta tragedia humana debe ser una llamada de atención. Debemos construir economías y sociedades más equitativas, inclusivas y sostenibles, que sean más resistentes a las pandemias, al cambio climático y a los muchos otros cambios mundiales a los que nos enfrentamos”.
La clase media, la gran víctima del GRAN REINICIO:
A modo de conclusión diremos que esta confluencia entre ultraizquierda y gran capital tiene también una víctima en común, la clase media. Es cierto que la globalización, en números totales, ha elevado el nivel de riqueza en el mundo, pero su reparto ha sido desigual. Y no, no ha sido el tercer mundo donde ese reparto ha creado más desigualdad. Si acudimos al estudio publicado por Branko Milanovic[4], el nivel de pobreza en las zonas más desfavorecidas del tercer mundo, ha permanecido estancado durante los últimos 30 años. La desigualdad económica no ha variado. Sin embargo, el nivel de ingresos en países emergentes como China y la India y otros países del área asiática del Pacífico ha crecido espectacularmente hasta crear una incipiente clase media que, aunque aún por debajo de la clase media occidental, no ha parado de crecer. Por el contrario, en Occidente la clase media también se ha estancado mientras las elites conectadas a la economía globalista han experimentado el alza más espectacular, porque son ellos y sólo ellos quienes acaparan la riqueza. Los mismos que desde el FORO DE DAVOS nos dicen cómo ha de cambiar el mundo.
Viendo quienes están sacando el mayor beneficio de la globalización, y también de la pandemia, grandes empresas tecnológicas, farmacéuticas, energéticas, fondos de inversión, magnates como BILL GATES, SOROS… , cada día más fuertes, nos quedamos boquiabiertos ante la credulidad de la gente que se traga el cuento de ese capitalismo inclusivo y más consciente, que va a crear valor para la sociedad y el medio ambiente, ese capitalismo al que Pablo Iglesias y los suyos apoyan porque va a ser un CAPITALISMO DE ESTADO, desde donde ellos aspiran a dirigir un ejército de burócratas cuya tarea principal será conseguir recaudar y administrar los fondos para financiar la AGENDA GLOBALISTA, todo en nombre de un nuevo orden mundial más justo, con menos desigualdades, medioambientalmente saludable, inclusivo y sostenible, pero que pagará la clase media occidental.
PASOLINI se dio cuenta muy pronto que todos aquellos jóvenes burgueses del Mayo del 68, que reclamaban tanta libertad como rechazaban responsabilidad, no eran más que una revelación de la GAUCHE DIVINE, incapaces de entender nada. Por mucho que enarbolaran el libro rojo de MAO, llevasen camisetas del CHE, se proclamasen trotskistas, o siguiesen a Negri y aplaudiesen a sus pistoleros de las BRIGADAS ROJAS, al fin y a la postre, nunca dejarían de ser los hijos de papá que veían la revolución como un juego.
Lo mismo sucede con las bases de Podemos, los auténticos tontos útiles del gran capital, que acuden a Vallecas a soltar ladrillazos contra VOX con el mismo servilismo perruno con el que acudían a soltar adoquines en Seattle, sin enterarse de nada. Sin enterase de que el fascismo no existe ya, que el único peligro es ese CAPITALISMO DE ESTADO en manos de las GRANDES CORPORACIONES al que sirven sus líderes, que les va a arrojar migajas para que puedan vivir como miserables cobrando una paguita o les va a permitir “okupar” la casa de otro, mientras la clase media paga todos los platos rotos y los fondos de inversión de los Rothschild y los Rockefeller de turno se llenan los bolsillos a costa de hacerse dueños de todo el tejido productivo de la nación.
En los países desarrollados, la clase media está siendo sido castigada por mayores tasas de paro y un nivel de vida que no ha crecido en los últimos 20 años, a la vez que sufre una mayor presión fiscal para sostener el Estado del bienestar.
(...) No hay duda, en el reordenamiento económico y político actual la gran perdedora es la clase media occidental, atrapada entre la ultraizquierda y el gran capital. Millones de trabajadores y ahorradores se sienten inseguros sobre lo que puede deparar el futuro, porque la globalización ha quebrado un sistema basado en la comunidad nacional y las élites económicas ya no tienen ningún vínculo de solidaridad con ellos, al pertenecer a un nuevo establishment mundialista.
Tampoco encuentran amparo en sus dirigentes políticos, ya sean de izquierdas o derechas, porque están más dispuestos a servir a los intereses de la oligarquía que crece en torno a la ONU y el FORO ECONÓMICO MUNDIAL que a sus mismos nacionales, basta ver como en Francia, Macron se ha apresurado a obedecer los dictados de Davos prohibiendo los vuelos domésticos en rutas que pueden ser cubiertas en menos de dos horas y media en tren, con la vista puesta en prohibir las rutas que se puedan cubrir en 4 horas.
Las dos caras de la AGENDA GLOBALISTA, capitalismo y socialismo, cuando piensan en los ciudadanos de clase media de Occidente, lo hacen con la misma ansia que lo hacía el avaro Shylock en la libra de carne de Antonio[5], la contemplan para verla sometida y aniquilada definitivamente tras quedarse con sus votos y con su patrimonio.


  • Llegaron agarrados al Franquismo cuando Franco ya llevaba años muerto.
  • Llegaron amarrados a la sanidad pública, cuando teníamos una de las sanidades más avanzadas del mundo.
  • Llegaron a los derechos sociales, cuando España tenía un sólido sistema de protección social.
  • Llegaron a la democracia cuando esta ya estaba instalada.
  • Llegaron a la transición cuando esta ya se había hecho
  • Llegaron a la república, cuando esta se había suicidado, y el pueblo había elegido una monarquía.
  • Llegaron a la liberación sexual, en un país que lo hizo en los 60 con el turismo de suecas y alemanas.
  • Llegaron a la transexualidad cuando Bibiana Fernández padecía de próstata y la Veneno alimentaba malvas.
  • Llegaron hablando de libertad para censurarnos en las redes sociales.
  • Llegaron hablando de pensiones para acabar permitiendo el suicidio asistido a los que están solos.
  • Llegaron sobre el paro para aumentarlo en más de dos millones.
  • Llegaron al comunismo cuando este ya se había hecho el harakiri en Europa, con el derribo del Muro de Berlín en 1989.
  • Llegaron a los derechos de la mujer, cuando esta peinaba canas en las universidades, los quirófanos, la educación, y en igualdad con los hombres.
  • Llegaron a la Iglesia cuando las sandalias de sus frailes ya habían civilizado continentes.
  • Llegaron a discutir el concepto de España cuando generaciones enteras de hombres y mujeres habían dejado su vida por defenderla.
  • No traían nada nuevo, sin embargo, hubo una clientela para la ropa vieja y usada.
  • Lo más grave de este negocio de Podemos es que la entregaban sucia y sin lavar, y en ese adanismo, siguen tratando de vender una mercancía averiada que de nada sirven a un país.
  • Únicamente han servido para poner un nuevo muro de Berlín, entre los españoles
El proceso de liberación intelectual más importante que debe hacer un español es librarse del SanBenito de la supuesta superioridad moral de la izquierda, de que no existe ninguna obligación moral de ser de izquierdas para creer en la justicia social y el desarrollo personal.
Lo más grave, de nuestra inocencia e ignorancia es que llegaron con los bolsillos vacíos y se irán con las faltriqueras llenas.


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